El poder de moverse: por qué las pausas activas son clave para un día laboral más saludable

En México, el 65% de los trabajadores presenta síntomas de estrés laboral según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, un estudio de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) revela que más del 40% de las incapacidades temporales están relacionadas con problemas musculoesqueléticos derivados de jornadas prolongadas y posturas estáticas.
Con este panorama, hablar de pausas activas ya no es solo un consejo de ergonomía: es una estrategia de bienestar corporativo con impacto directo en la salud y en los indicadores de productividad de las empresas. Es clave concientizar tomarse unos minutos para realizar pequeños ejercicios de estiramiento, movilidad o respiración que ayudan a romper con el sedentarismo y recuperar energía, para prevenir problemas ergonómicos, como ser, dolor de espalda, fatiga visual, posturas prolongadas.
Más allá del movimiento: el verdadero impacto en las organizaciones
Las pausas activas son una herramienta sencilla, parte de esa cultura preventiva que transforma el ambiente laboral. con impacto que atraviesa varios niveles,
- Salud física: reducen contracturas, dolores lumbares y lesiones por movimientos repetitivos.
- Productividad: los equipos que realizan pausas programadas reportan hasta un 12% más de concentración y desempeño (Fuente: Harvard Business Review).
- Clima laboral: fomentan la interacción entre colaboradores, mejorando el sentido de pertenencia y reduciendo la rotación.
Este tipo de prácticas forman parte de lo que hoy llaman wellness laboral, un enfoque integral que conecta salud con motivación y rendimiento.
El desafío para líderes
Los líderes de Recursos Humanos y Seguridad e Higiene, salud ocupacional enfrentan un dilema:
- Cada área de la empresa se ve afectada de manera distinta por la falta de pausas.
- En oficinas, los problemas más comunes son túnel carpiano y fatiga visual.
- En plantas industriales, predominan las lesiones en columna y articulaciones.
- En logística y transporte, la fatiga acumulada impacta en la seguridad y tiempos de entrega.
Cuando estas dolencias derivan en ausentismo laboral, no solo aumentan los costos directos, también generan efectos en cascada: retrasos operativos, sobrecarga de otros equipos y menor eficiencia global.
Por eso, las pausas activas no pueden verse como una acción aislada, sino como parte de una estrategia integral de bienestar corporativo, diseñada para responder a cada contexto laboral.
¿Cómo integrarlas de manera realista?
Muchas organizaciones han intentado implementar pausas activas, pero fracasan porque las convierten en actividades esporádicas. La clave está en la consistencia y en el acompañamiento especializado.
Aquí es donde iniciativas como el módulo Wellness de Vivawell entran en juego. No se trata de ofrecer “ejercicios sueltos”, sino de:
- Programar pausas dentro de la jornada laboral, con capacitaciones a todos los colaboradores
- Contar con guías prácticas diseñadas por especialistas en salud ocupacional.
- Medir indicadores de participación y bienestar para evaluar el impacto real.
De esta forma, las pausas activas dejan de depender de la voluntad individual y se convierten en una práctica respaldada por datos, alineada con los objetivos de Recursos Humanos.
Conectar pausas activas con prevención de problemas ergonómicos: dolor de espalda, fatiga visual, posturas prolongadas.
El futuro de la salud laboral en México pasa por entender que la prevención no se mide solo en accidentes evitados, sino también en los hábitos cotidianos que construyen bienestar.
Las pausas activas, integradas a una estrategia de salud ocupacional integral, en este caso con módulo de wellness laboral son una respuesta concreta a los altos niveles de estrés, sedentarismo y ausentismo que enfrentan las empresas hoy.
Invertir en ellas es invertir en personas más saludables, equipos más motivados y organizaciones más sostenibles.
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